Arena, mascotas y naturaleza, parecen conceptos completamente opuestos, pero no por ello están reñidos.

Estamos en un momento de cambios y nuestra responsabilidad frente al consumo está presente en todos los estamentos de la vida.

Los que tenemos gatos como mascotas, somos conscientes que uno de los productos más consumidos por nuestros gatetes es la ARENA y, tristemente, su consumo tiene un efecto negativo en la naturaleza, debido a como se extraen estos minerales que son principalmente bentonita, sepiolita y sílice; los cuales provienen de explotaciones al aire libre que generan grandes cantidades de CO2, tanto en su producción como en su transporte.

En los últimos años, han salido al mercado opciones más respetuosas con el medio ambiente como son las "arenas vegetales", las cuales se producen con materiales reciclados como son madera, papel y fibras vegetales, que tienen el mismo poder absorbente y neutralizante que las de origen mineral.

Las arenas vegetales tienen la ventaja de reducir la huella de carbono al generar una economía circular, aprovechando recursos que terminarían en la mayoría de los casos en vertederos, convirtiéndose en un producto compostable; al contrario que las arenas minerales, las cuales tienen un tratamiento nulo después de su uso. Y estos beneficios no solo atañen en lo correspondiente a lo ecológico, sino también afectan a nuestro gato, puesto que no contienen polvo, sustancias químicas y es ideal para los gatos más sensibles.

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